Imperdibles de Morro de San Pablo

Publicado el 24/07/2018

Playas numeradas del uno al cuatro, calles de arena, piscinas naturales y baños de arcilla. Una isla sin autos a sólo 60 km de Salvador que conquista a locales, extranjeros y a los muchos argentinos que la eligieron para quedarse.

 

 

Morro de São Paulo está situado en el extremo norte de la isla de Tinharé, que incluye, junto con Boipeba y Cairú, otras 23 islas pequeñas en el Archipiélago de Tinharé. Éste se encuentra a 60 kilómetros al sur de Salvador, cerca de la ciudad de Valença.

Morro de São Paulo es en realidad la villa principal de la isla, pero su fama fue tal que rebautizó a todo el archipiélago. “Morro”, por la elevación en la que estamos, “de São Paulo” porque su descubridor, Martin Alfonso de Souza, quien llegó en 1531, era devoto de ese santo.

 



En Morro hay dos miradores. Desde el del norte, se ven el atracadero, la Ponta do Curral –playa que está en el continente– , y un poquito de Gamboa. Desde el del sur, se obtiene una panorámica de las tres primeras playas. En el mirador sur está la tirolesa que, dicen, es la mayor de todo Brasil con 340 metros de largo y comienza con 57 de alto.

Aquí las playas principales están numeradas de la primera a la cuarta. La última es la más extensa y alejada, y termina transformándose en Praia do Encanto. Las mareas comandan el ritmo de la isla. Cuando se retira el agua aparecen las piscinas naturales y la playa se vuelve inmensa, ideal para recorrer en bicicleta.

Primeira Praia. Es la mejor para nadar. Buena para bucear y propicia para surf.

Segunda Praia. Tomar un helado en la Sorveteria Fragola y observar la gente pasar, hablando español, italiano, hebreo, inglés, portugués.

Terceira Praia. Se detectan más posadas, más gente y más comercios. El paisaje se transforma a ambos lados del camino: construcciones del lado de adentro; barracas, sillas, música electrónica y canchas de voley del lado del mar.


Quarta Praia. En el comienzo de esta playa hay piscinas naturales. Allí se alquilan máscaras de snorkel por diez reales y se pueden comprar raciones de alimentos para peces por dos reales. Cuanto más temprano mejor, la playa está vacía y el agua más transparente y tranquila. Se puede ver sargentinho –el pececito más común–, salema, budião, cambuba y garopa.

 

 

Imperdibles

Gamboa

Este pueblito de pescadores y de casitas bajas es famoso por su tranquilidad y sus baños de arcilla, famosos por sus beneficios para la piel. Para llegar a los acantilados en los que es posible untarse en el ungüento de color pastel, hay que caminar una media hora por la playa con la marea baja. Después llega el baño en las aguas templadas y transparentes de la playa. Una buena opción es probar alguna de las pocas y tranquilas posadas del pueblo, mucho más económicas que las de Morro.

 

 

Boipeba

La pequeña vecina tiene dos centros de servicios: Boca da Barra y Moreré. Para conocerlos, Itha tiene una salida diaria a las 9.30 hs. Va primero hasta las piscinas naturales de Garapuá para hacer snorkel en sus aguas tibias, después sigue a las de Moreré y más tarde se almuerza en la playa Boca de Barra (almuerzo no incluido). El resto del día es tiempo libre en Boipeba. Conozca las playas de Cueira, Bainema y Ponta de Castelhanos, las más lindas de la isla. El paseo dura todo el día y cuesta entre R$ 65 y R$ 100, según la época, por persona.

 

Garapuá

Aislada entre manglares y casi desértica, tiene apenas un pequeño poblado de pescadores y algunos restaurantes en sus casi dos kilometros de playa con aguas profundas y cálidas.Se puede llegar caminando con un guía, en buggy, 4x4 o tractor. La playa es extensa, de arena clarísima y mar profundo, bordeada por millares de palmeras.

 

Fuente: Lugaresdeviajes.com

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